A lo largo de los tiempos, los amuletos fueron muy comunes en todas las sociedades antiguas teniendo un efecto sanador o mágico en la mayoría de ellas. La Mano de Fátima, o Mano de Jamsa, es un símbolo de origen en Oriente Medio y África que se utiliza principalmente como defensa en las culturas musulmanas y judías.
La existencia de esta Mano de Fátima viene desde hace años en civilizaciones antiguas, y se marca su posible origen en el Antiguo Egipto o, incluso, en la antigua ciudad de Cartago, asociado a la diosa Tanit, una de las deidades más importantes de la mitología cartaginesa. Se trata de la divinidad de la luna, la sexualidad, fertilidad y la guerra, así como la patrona de la ciudad.